martes, 12 de julio de 2016

Caricias del alma



Cuando recibo un abrazo,
deseo sea con agrado, que sea muy cálido,
con gotas de amistad y si son con amor, 
mucho mejor será el abrazo.

Que sea honesto, 
como el de un hermano, como el de un amigo, 
pero si es de un hijo,
mucho mejor será el abrazo.

Si viene de alguien que hace mucho no ves, 
sincero es, si viene de alguien que te guardo estima, 
caluroso será. 
Pero si viene de tu perro, mucho mejor será el abrazo.

Si es tímido abrazo, 
separado quedaran nuestros cuerpos,
si es confianzudo, 
sentirás que te derrites en sus brazos.
Y si ese abrazo llega de alguien que amas
mucho mejor será el abrazo.

Mi primer abrazo, 
fue de mi madre y el segundo de mi padre,
luego llegó el tuyo y en mi corazón guardado quedó,
mucho mejor fue el abrazo, pues todavía lo abrazo.

Abrazos en el día, abrazos al medio día, abrazos en la noche...
Mucho mejor será el abrazo.

Recibir un abrazo 
para el cumpleaños es algo hermoso,
saber que eres importante para alguien más.
Recibir un abrazo 
por el éxito alcanzado, cuidado podría ser uno sin valor, 
engañoso, falso, vanidoso... Envidioso será el abrazo.

Pero el que recibes en navidad 
esta lleno de amor, sea quien sea, 
debo recíbelo bien, 
pues llegará lleno de amor y paz 
porque vine del cielo, por ser el cumpleaños
de quien nos dio la paz.
Bello y bendecido será ese abrazo.

Pero el mejor, 
el más gratificante de todos los abrazos,
es uno que se da en la oscuridad 
de un cuarto de paso o el de tu casa, 
a media noche o justo al amanecer,
pues viene acompañado de caricias y besos miles
de cuerpos desnudos y sudados, 
llenos de pasión y a veces llenos de amor tambien. 

Nunca habrá otro abrazo mejor, 
cuerpos pegados, sintiendo caricias 
y cosquillas internas, sentirás que no duró mucho, 
pero es porque fue el mejor de los abrazos
y son adictivos, porque luego querrás otro. 
Nada será mejor que el abrazo de un amante.
Ese es el más grande y maravillosos de los abrazos.

Nunca rechaces uno, 
pues nunca se sabe cuando te ofrecerán otro, 
nunca te olvides de agradecerlo 
para que pronto llegue el siguiente.

No seas tacaño y abraza a quien puedas, 
no temas, no te robaran el alma,
si mucho se llevarán un suspiro y el mejor recuerdo de ti...

Que daría hoy que escribo esto, 
por darte el mejor de mis abrazos.
Recíbelo a través de nuestra única conexión.
Que mucho mejor será el abrazo.

miércoles, 6 de julio de 2016

Noche de amor y terror ( S. Raga)


Salimos tomados de la mano de aquella fiesta improvisada, yo sentía que era el dueño del mundo; tanto tiempo esperando encontrarme con ella y más, estar unidos como era esa casi medía noche, que sin emitir una sola palabra por el pueblo solos y tomados de la mano por sus calles polvorientas a la luz de la luna, hacia su casa la acompañaba, después de pocos minutos de caminata, llegamos a la esquina lugar de la iglesia del pueblo, ahí cruzamos y descendimos por una pequeña calle rodeada de humildes casas de adobe y techos de color rojizo y quebradizo, mientras avanzábamos, nuestras sombras nos adelantaban como cinco metros. Cuando habíamos avanzado aproximadamente unos cincuenta metros, de la iglesia calle abajo, ella por fin dijo.
- ¡Llegamos, aquí vivo! Yo sentí como si solo hubiera pasado un segundo y que flotando hasta ese punto habíamos llegado.
- ¿Llegamos? ¿acá vives? Ella con carita de desconsuelo me dijo que si moviendo su carita de ángel, por la que ahora suspiraba y que desde el primer día que la vi, ella vivía en mi mente y mi corazón. Ella me dice.
- ¡Voy a entrar, mañana hay que madrugar para hacia la capital viajar! esas palabras resonaban en todo mi ser como algo frío y tenebroso, saber que la tenía ahí frente a mi, los dos solos en la noche oscura y que mis piernas estaban congeladas, mientras que mi estomago me provocaba sensaciones que no podía evitar y al escucharle decir: " que era hora de irse " yo sentía morirme.
- ¿Ya te vas? Dije con una cara triste y casi tartamudeando; ella me miraba a la cara y con su carita me decía que si. Mientras, mis manos me sudaban y el estomago no me dejaba ni por un momento tranquilo, mi cabeza me exigía que hiciera algo, que aprovechara el momento: " Un lugar solitario, la oscuridad de la noche, ella esperando frente a mi, y el saber que el tiempo era mi peor enemigo y que se me iba como agua entre mis dedos " eso me ponía muy nervioso. 
Cuando por fin pude sentir que mis piernas estaban ahí, sembradas en el suelo y éstas dieron señales de vida quise mover mi pierna para acercarme a ella, pero, en ese instante ella me detuvo con estas palabras.
- ¡Ya me voy, es tarde! Mis piernas nuevamente se entiesaron; _¡Carajo! me dije y nuevamente, ahí los dos solo viéndonos a la cara con un gesto tonto en ellas. La chica que había deseado por casi seis largos y tormentosos; meses, los cuales ella vivía en mi mente y corazón y que las veces que la había visto siempre estaba acompañada de alguien y que nuestra relación solo habia sido hasta esa noche, hasta ese día, seis meses después de haberla conocido, de haber aparecido en mi vida, y que de pura casualidad hoy la encontré en una fiesta improvisada y que para mi fortuna estaba sola y que luego de solo vernos por casi toda la fiesta, al final tomé el valor y a ella me acerqué, solo para que en ese momento me dijera. 
- ¡Ya me voy, es tarde! Y yo sin más que decir, le pedí me permitiera acompañarla hasta su casa y así fue que ella acepto y de la mano me tomó y por esas callecitas empolvadas caminamos.
- ¡Debo de hacerlo! me exigí y de nuevo mi cuerpo volvió a mi, recuerdo que era una noche de luna llena la que a través del campanario de la iglesia que quedaba en la esquina insistía en vernos, pero se le dificultaba un poco, debido a la altura de la iglesia, el único edificio alto en todo el pueblo. 
Por fín, mi cuerpo respondió a mi suplica y mi pierna logre mover y procedí a dar el ansiado paso; un pequeño paso para cualquiera, pero un gran paso para mi, pues, era el que vencería la distancia entre ella y yo y, por fin el tan soñado beso, de la chica deseada, perseguida y amada en silencio durante esos seis meses alcanzaría. Mi pie se separó del suelo, uno arenoso como todas la calles de mi querido Atescatempa, allá en el oriente de mi país, la cuna del sol. Arenoso, pues, hace como cien años que el coloso volcán El Chingo, hizo la ultima erupción y al pueblo que yace en sus faldas de arena lo llenó, cubriéndolo por completo de una arena muy fina, por cierto que el gigante Chingo, que en ese momento pernoctaba cubierto por un manto negro, el cual no le permitía ser visto, a la espalda de mi soñada y amada amiga. 
Cuando mi pie, entonces pude mover, algo lo detuvo de manera abrupta era una larga y negra sombra que sobre mi pie se posó, impidiéndole moverse, los dos nos percatamos de esa rara y oscura; mejor dicho negra sombra, quedamos helados y asombrados de ver como había llegado hasta mis pies. 
Lentamente sin aun entrar en pánico, aunque debo de confesar que yo estaba que moría aterrorizado y ella se veía palidecida; al tiempo levantamos la vista y lentamente movimos nuestras cabezas hacia el lugar de donde nacía esa negra sombra, para ver quien era el dueño de tan horrenda cosa, muy lentamente íbamos volteando, tomados de la mano y justo en la esquina, lugar de la enorme Iglesia, por ahí aparecieron los tres bultos negros, muy negros, más negros que el manto que cubría al gigantesco volcán Chingo. Por fin, ahí seguíamos tomados de la mano, viendo aterrados hacia donde estaba el dueño de esa sombra y a la par de él, dos más, quienes se apostaron a los costados, uno se coloco a la par de la iglesia, mientras que el otro se colocó en la casa de enfrente de la iglesia, la casa de doña Chonita, en el fondo a la espalda de los tres negros y desafiantes bultos que en ese momento solamente nos observaban, como haciendo algún calculo o algo más terrible, preparándose para nosotros, o qué sé yo. Se encontraba el parque uno con suficiente vegetación, entre los que destacaban tres cocales enormes, tan altos como la misma iglesia y que se balanceaban de un lado al otro, tratando de mantener el equilibrio pues, eran embestidos por un helado viento; más abajo, una sombra negra efecto visual por la unión de varias copas de muchos arboles, apartamento de aves, insectos y murciélagos, que hace ratos eran junto a la luna los fieles testigos de lo que estuvo a punto de suceder, en ellos, las copas tupidas de esos arboles que más parecían un manto negro, tal cual el que cubría al pueblo esa noche y de donde se veían miles de ojos alumbrando, como chilitos de arbolito de navidad pero sin parpadear, debido a la tensión provocada por esos extraños y escalofriantes tres bultos amenazantes que seguían inertes, frente a nosotros y de los cuales, una de las sombras, precisamente la del bulto de en medio la que no me permitió dar el ansiado paso que me pudo haber acercado al cielo estrellado esa noche oscura, muy oscura. Ella con la voz entrecortada me dijo muy quedito y apretando mi mano: _ ¡Debí haberme entrado! A lo cual yo me quede callado pues, podría ser culpa mía lo que ea noche pasara, por el echo de haber estado tan nervioso frente a la chica amada, casi engarrotado y era en mi defensa, algo para mi normal, pues, yo era un culicagado aun y ella una chica con tres años mayor que yo y me imagino que el mismo tiempo en experiencias amorosas, y que eso de que ya era hora de entrarse, no era otra cosa más que invitarme a que me acercara a ella y aprovechara el tiempo. 
Pero eso era algo que ahora no nos interesaba en lo absoluto, lo único que deseábamos, era salir con bien de ese momento crucial y significativo en nuestras vidas.
Luego de varios minutos simplemente observándonos, uno de los tres oscuros e indescifrables bultos, que aun permanecían en el lugar ya descrito, comenzó a avanzar con destino hacia donde nos encontrábamos la chica y yo temblando, debido a los escalofríos que por nuestros huesos sentíamos, el momento de la verdad estaba muy cerca, estaba por llegar. 
Solos y aterrados o mejor horrorizados, de ver como avanzaba lentamente dejando una estela de polvo mientras avanzaba, con paso firme y fuerte, pues en ratos lográbamos escuchar el crujir de alguna rama tirada en el suelo, aplastada y quebrada por el peso de su enorme cuerpo, mientras el tipo o cosa avanzaba, los otros dos se acomodaron como indicándonos, están acabados de acá no hay salida. Y era cierto pues, la calle quebrada abajo terminaba luego de las ultimas covachas del fondo en un tapial con alambres de púas y entre ellas miles de ramas que ahí habían nacido y por tanto, entre ellas crecido, haciendo un muro natural infranqueable, sin salir herido, en ese lugar se escuchaba el sonido somnoliento del correr de las aguas, de un río, el llamado: Tempisque con rumbo a la laguna de Atescatempa. 
Ambos, al ver ya muy cerca nuestro, al bulto o tipo amenazador, solo nos quedó cerrar los ojos y esperar lo peor, el zarpazo final, un camino muy corto caminado y así finalizado con el amor de mi vida junto a mi, y que ahí, terminaríamos juntos y yo, sin haber amado; un niño virgen queriendo volverse hombre con el dulce recuerdo de un beso a bella diosa hecha mujer y es que no me arrepentía de nada, pues, Irazema si que era una mujer joven y bellísima, como lo son todas en ese pueblo, pero entre todas, ella era la reina, la buscada, la elegida por todos. 
De pronto, sentimos su presencia justo a la par nuestra y con los ojos bien cerrados y apretados, solo escuchábamos su desagradable respirar, como si fuera un oso que te respiraba en la nuca, preludio de una muerte segura; nuestras manos apretamos como diciendo: ¡Adiós amor! bueno eso diría yo, mientras que Irazema, tal vez diría: ¡ya ves, debí haberme entrado!
Fué entonces que escuchamos su terrible y horrenda voz, mientras no tomaba del brazo, uno en cada mano, una fría y pesada; por fin de él salió su amenazante sonido...

- ¡Hermanito, vamonos, ya es tarde y mañana hay que madrugar! Irazema gritó de miedo o fui yo, no sé, todo era confuso, pero de que brincamos, ¡eso si! 
Se trataba de mi hermano mayor, mayor por seis años más que los que yo tenía, y los otros dos, eran mis otros dos hermanos mayores que yo, pero menores que el que a la par mía estaba con sonrisa en sus labios y ojos lujuriosos, al ver con quien yo estaba.   
Con tremenda decepción, le dí un beso en la mejía a Irazema y luego camine hundiéndome en las arenas de las pequeñas calles, hasta que llegué al lugar en donde se encontraban mis otros hermanos, quienes al llegar junto a ellos me dijeron: _ ¡Ya es tarde vos y mañana habrá que madrugar para no perder a la única camioneta con rumbo a la capital! Luego de su reclamo, vi que uno se acomodó en un la piedra que salia de la pared de la enorme iglesia, mientras que el otro se acomodaba en la acera de la casa de doña Chonita y al fondo en la arboleda ya toda oscura, pues todos en Atescatempa dormían, incluso las aves, insectos y murciélagos que hace unos minutos curiosos nos observaban. 
Al ver ésto me volví y lo que mis ojos jóvenes e inocentes vieron, me hicieron que de rodillas cayera sobre el suelo arenoso y mi vista hacia el cielo con desgarrador grito de dolor; pues, lo que mis ojos vieron; fué a mi hermano mayor y a Irazema muy bien abrazados y con sus bocas unidas, besándose. 
Yo sentí que todo lo malo, terrible y horroroso pro fin a mi vida habia llegado y lloré hasta que vi como el sol aparecía en el horizonte, dejando ver al coloso que tambien despertaba; mientra, algunos campesinos con rumbo a los sembradíos caminaban, saludándonos. 
Entonces se escuchó un estruendo en todo el pueblo, un sonido que a todos con seguridad despertó pues, ese sonido me trajo a la realidad y a mis hermanos tambien despertó; mientras que a mi hermano mayor e Irazema, los hizo correr hacia nosotros al pasar junto a mi, agitados, gritaron. 
- ¡¡Corran!!
- ¿No escucharon la bocina de la única camioneta que nos llevará a la capital? 
Mis otros hermanos corriendo gritaban: _ ¡¡Esperen!! mientras yo, caminaba cabizbajo y meditabundo, pensando en lo terrible que para mi serían las próximas cinco horas, lo que la camioneta tardaría en llegar a la capital; con Irazema y mi hermano en el sillón de al lado, ¡amándose!

Despues de seis horas llegamos a la capital, el atraso, que mi hermano disfrutó, se debió a un pinchazo. Y, cuando a la terminal de autobuses llegamos y de él nos apeamos, Irazema se acercó a mi y mi mejía besó; repitiéndome: 
- ¡Te dije que ya era Tarde! 
Luego se fue y nunca más supe de ella. Aún pienso, ¿cómo pudo ser esa noche oscura, si no me hubiera engarrotado?

                                FIN



   Tomado del libro: " Historias de terror y horror de un tímido adolescente " de S. Raga

martes, 5 de julio de 2016

OSCURIDAD



_Hola vecino, ¿extraño verdad?
_Hola, ¡sí!, oscureció muy temprano.

Al igual que estos vecinos, muchos en otras partes del planeta se hacían la misma pregunta, el porque había oscurecido tan temprano, no era por causa de alguna tormenta, pues no era temporada para ellas, al menos no en muchos lugares del planeta, sí para otros, pero a pesar de que llovía, no era para que la tarde oscura se haya vuelto como si se tratara de una noche oscura de tormenta en la que no se le ve ni la cara a la luna. Además, las aves apenas empezaban a retornar a sus nidos, era mucho más extraño, pues las aves llevan un reloj interno que les avisa cuando ya es la hora de retornar y no encontrarse con el manto oscuro de la noche. Sin embargo, otras personas no ponían atención al fenómeno, pues ya era algo normal que en la tierra en las ultimas décadas, estuviera loqueando a causa del desmadre hecho por humano y de lo que en una conferencia el Dr. Efrén dijo: "...Que el eje terrestre se había corrido un par de grados debido a tanta explosión nuclear, medición de poderío que se hacían las naciones poderosas del planeta..."

Esa noche, en la transmisión de los noticieros la principal noticia fue, precisamente esa, la repentina llegada de la oscuridad nocturna y un significativo frío que con el paso de las horas se apoderaba del planeta...

Ya había transcurrido una semana y no aclaraba, es decir, el sol no aparecía y en los paises que estaban con la estación de invierno, el frío que era indicado por los termómetros daba lecturas jamás medidos por ellos, quiza desde la era de hielo; la preocupación de muchos en las regiones agrícolas era que sin sol, los cultivos morían, algunos lugares tropicales veían como escarchas de hielo aparecían en los tejados y sobre los bosques, algunos lagos se empezaban a congelar.

La preocupación era generalizada y todos, incluyendo los científicos, indicaban que ese fenómeno no era provocado por los daños ya causados al planeta, que ese fenómeno no era terrestre, por supuesto, los paises avanzados y sus gobiernos lo negaban e indicaban que eran fenómenos pasajeros causados por el mismo problema climático y que estábamos atravesando momentos difíciles, que estábamos recibiendo factura por culpa de nosotros mismos.

En la Casa Beige, el Sr. Presidente Obhima, quien llevaba varios días reunido con su gabinete, pero esta vez no de guerra, sino con personas ajenas a esa actividad.

_¡Quiero una explicación científica y creíble! pues ¡los pueblos y gobiernos me las exigen!
Ordenaba Obhima, quien se encontraba muy preocupado.
_Señor presidente, no se preocupe que ya los refugios están listos para ser usados por usted y su familia y algunas personas elegidas, para preservar la vida humana. Dijo uno de sus colaboradores.
_¡Si señor presidente! -dijo otro- y como lo manda el protocolo en estas circunstancias, tambien están siendo trasladados a los refugios, las especies terrestres, como usted mismo lo nombró: Código Arca de Noé.
_¡No señores! -golpeó la mesa el Señor Presidente- ¿y el resto del planeta qué?
_Pues, señor, usted sabe que no podemos salvarlos a todos, ¿usted conoce el protocolo?
_¡Claro que lo conozco! pero insisto: ¿y el resto del planeta qué? y ustedes señores científicos, es momento de que hagan algo para encontrar una respuesta a tanta pregunta sin respuesta hasta hoy. Esto lo dijo enérgicamente y salió de la sala muy molesto.

Por otro lado, científicos de la NAZA, buscaban respuestas a las preguntas del Señor Presidente, pero nada y el tiempo transcurría y el sol no aparecía en el firmamento, el frío y la oscuridad desesperaba a la población mundial y se reportaban millones de victimas mortales, entre humanos y animales y tambien, en recursos naturales y agropecuarios.

_¡Comuníquenme con el astronauta Johanson en el satélite Columbia Station! Ordenó el general a cargo de una de las divisiones que se encontraban en la NAZA a cargo de la operación con nombre secreto: Darken.
_Comandante johanson me copia, cambio. Shhhhh. Inició la transmisión uno de los encargados de las comunicaciones con los satélites que estaban orbitando.
_¿Aquí el comandante Johanson? ¡Qué bueno que se comunican! ¡Tenemos problemas Houston!
_¿Problemas Johanson, a que diablos se refiere con eso de que tienen problemas?
_¿Quien habla? -pregunto Johanson- pues desconocía la vos de quien le había hablado.
_Soy el Coronel Georgeton, encargado de la operación:Darken en el espacio. ¡Responda a mi pregunta es una orden!
_Bueno señor, me disculpo, el problema que tenemos es que estamos perdiendo la energía, ahora precisamente estamos utilizando un 80% de energía fósil Señor. Pero no queda mucha y en cualquier momento sosobraremos, mi preocupación es que podríamos perder las estaciones y caer al planeta o salir de nuestra órbita y perdernos en el espacio. Espero ordenes Señor, cambio. Shhhh. Se escuchaba en cada cambio el sonido de los radios.
_¡Enterado Johanson!, ¡abandonen las estaciones y regresen a tierra!, repito, ¡regresen a tierra! y comuníquelo al resto de las estaciones que están ahora en órbita con oficiales sean del país que sean. ¡Cambio! Shhhh.
_Enterado Señor y gracias, sigo las ordenes y retornamos a casa, ¿algo más señor? Cambio. Shhhh.
_¡Ah! sí Johanson, el motivo de mi llamada es para preguntar lo siguiente: ¿Desde ahí ven algo inusual, para que no le veamos la cara al sol acá en el planeta? Cambio. Shhhhh.
_Ya me lo decía Señor; ¿por qué nunca apagaban las luces ahí abajo?, respecto a su pregunta Señor, lo ignoramos, recuerde que a causa de lo mismo estamos por perder nuestros estaciones y satélites. Cambio. Shhhh.
_Esta bien Johanson, buen retorno a casa. Cambio y fuera. 
_¡Diablos! ¿qué esta sucediendo con el maldito sol? Dijo muy molesto el Coronel Georgeton y se dirigió a su despacho para comunicarse con su comandante y jefe en la casa blanca. 

Mientras caminaba con rumbo a su despacho, se repetía.
_Esto no le gustará al Señor Presidente.

Ya habían pasado 15 días de la ultima aparición del sol y nadie tenía una respuesta a dicho fenómeno. Mientras, las cadenas noticiosas ponían más nerviosa a la opinión publica, con sus entrevistas; algunos indicaban que el fin del mundo había llegado y con Biblia en mano respaldaban sus aseveraciones, mientras que otros menos eclesiásticos daban sus opiniones, pero ninguna era esperanzadora, tambien las cadenas transmitían imágenes de las muertes entre humanos y animales y además de las perdidas de todo tipo, pero especialmente de alimentos. Las poblaciones en todo el mundo abarrotaban los supermercados, quienes no lentos ni babosos habían elevado los precios y ya sus bodegas estaban casi vacías y no había forma de que fueran abastecidas. Las redes sociales fueron interrumpidas para evitar el pánico, algo que causó más desgracias en muchos jóvenes y otros no tan jóvenes, pues eran tan adictos a esa droga del siglo 21 y muchos prefirieron quitarse la vida ante tal desgracia.

_¿Señor Presidente?; el Dr. Efrén pide una audiencia con usted, él cree tener una teoría. 
Esto le indicaba su secretaria por el intercomunicador, mientras tanto el Dr. Efrén esperaba en una sala muy bien protegida, a pesar de ser un científico de renombre, el Dr. Efrén lo consideraban un poco excéntrico en sus teorías, por lo que no era muy respetado por el circulo de científicos, pero de momento era el único quien tenía una teoría al respecto.
_¡Hágalo pasar, Lolys!
_Como usted diga Señor Presidente. 

Luego de varios minutos, debido a las requisas y otras protocolos de seguridad, se reunieron por fin, el Señor Presidente Obhima y sus colaboradores más cercanos, los que estaban al tanto de todo lo referente con la Operación Darken.

_Dr. Efrén, por aquí por favor. Le indicaba Lolys y unos agentes secretos.
_Señor Presidente; el Dr. Efrén.
_Adelante Dr. Dijo el Sr. Presidente y lo invito a tomar el asiento especifico para él.
_Bueno Dr. diga que novedad nos trae o, en otras palabras, ¿cuál es teoría Dr.?
_Primero que nada, un placer conocerlo Señor Presidente; segundo, gracias por la oportunidad que me da de poder compartir con ustedes mi teoría.
_Esta bien Dr. Efrén, ¡al grano! Dijo un militar en la mesa de conferencias, mientras todos los demás veían al Dr. Efrén con escepticismo y por compromiso con su jefe, el silencio fue incomodo por algunos minutos, entonces el Dr. Efrén tímidamente acomodó sus gafas y aclaró su vos, pues estaba en un lugar de privilegiados, por no decir el único en todo el planeta en tener una teoría al respecto de tan cuestionado y temido fenómeno.
_Bueno, como dice usted -se dirigió al impertinente militar- la teoría que traigo es algo muy sencillo y es la siguiente: Verán, el problema no es otro más que la obstrucción de un objeto enorme entre nuestra estrella y el planeta y cruzó sus brazos y en su rostro se dibujó una tímida sonrisa, aquel lugar siguió en silencio sepulcral, hasta que el mismo impertinente y prepotente militar dijo.
_¿Esta usted loco Dr.? ¿nos viene a decir que algo esta entre el sol y el planeta? 
Aquel silencio sepulcral fue irrumpido por una carcajada, el único que no rió fue el Señor Presidente, quien seguía viendo atentamente al Dr. Efrén y entonces entre las carcajadas se escuchó la vos del Jefe: Obhima.
_¿Podría usted explicarme su teoría Dr.? Esta oración trajo el silencio al lugar una vez más, pero el militar dio su opinión sin dejar hablar al Dr. Efrén.
_Por favor Señor Presidente, ¡no perdamos el tiempo con este viejo loco!, ¿cómo puede ser posible algo así?, ya había escuchado de sus locuras, pero esto es lo máximo en babosadas expuestas por un pseudo científico, ahora entiendo porque no lo aceptan en dicha sociedad tan prestigiosa.
_¡General por favor! -dijo Obhima, muy serio- ¡Quiero escuchar al Dr.! 
_¡Yo tambien! Dijo otro científico presente, mientras el resto volvieron a la tertulia con palabras que pudieron ofender a cualquiera, pero que al Dr. Efrén le resbalaban y fue él quien trajo el silencio a la sala poniéndose de pie y en una de sus manos su maletín y en otra una taza de café ya vacía que él mismo se bebió mientras todos se burlaban de él.
Ya en pie, solicitó que apagaran todas las luces del lugar y se dirigió ante una lampara que se encontraba en un rincón de dicha sala, a la cual encendió antes de que las luces fueran apagadas y dijo.
_Este, Sr. Presidente, es el sol -señalando al foco ya sin pantalla- y esta -la taza- es nuestra tierra, cómo usted puede ver, se ilumina una de sus caras, mientras que la otra permanece en oscuridad, ¿acaso no pasa esto día a día a lo largo de la historia de nuestro planeta?, pero mi teoría dice esto... -Efrén no dijo nada, simplemente atravesó su portafolios entre el foco y la taza y esta oscureció por completo, tal cual sucedía ya casi un mes en el planeta. Efrén dejo los objetos en el lugar, simplemente volteó su cara y la dirigió hacia Obhima, y en su rostro su típica sonrisa tímida y satisfactoria. El Sr. Presidente se extrajo sus lentes y pidió las luces fueran encendidas y mientras limpiaba sus lentes con su corbata, dijo.
_Es una excelente teoría Dr. Efrén y tiene mucho sentido -al ver al Dr. aun parado deteniendo los objetos, le dijo- Siéntese por favor Dr. 
Y Efrén se acercó a su lugar y se sentó, el Señor Presidente dijo no muy convencido. 
_Y, según usted ¿qué sería tan grande, como para interrumpir los rayos solares?
_¡Sí! -dijo uno de los científicos quien había hecho un diagrama en una hoja de papel- pues vean esto, si este es el sol y esta es la tierra y ella fuera el punto de fuga de nuestra perspectiva y trazando las lineas de fuga desde la tierra con dirección al sol, vemos claramente que lo que obstruiría los rayos solares tendría un diámetro bastante considerable y nada, ni un asteroide fue visto por nuestros aparatos y radares en la NAZA o sí. El diagrama era más que evidente y efectivamente el objeto entre la tierra y el sol debería de ser enorme, todos vieron el rostro sonriente del Dr. Efrén, quien dijo al respecto.
_¡Exactamente!, su diagrama ilustra perfectamente lo que he dicho, gracias colega, pero dada la distancia entre la tierra y el planeta, ese objeto que ignoro que será, no debería de ser tan grande como usted lo quiere hacer ver, estoy de acuerdo que es enorme pero no como usted quiere hacerlo ver colega.
_¡Esta bien, esta bien! -dijo Obhima- supongamos que su teoría tiene fundamento, ¿qué cree Dr. que podría ser eso que tapa el sol, impidiéndole calentar e iluminar al planeta. 

Ahora Efrén se encontraba sirviéndose otra taza de café y mientras volvía a su lugar y se sentaba y luego de beber un sorbo de su caliente café, se extrajo tambien sus lentes para limpiarlos con una corbata de los años setentas, mientras, todos en el lugar desesperaban esperando la respuesta del teórico científico.
_Bueno Señor Presidente, eso es algo más que obvio y me extraña que mis colegas, quienes me difaman y sus militares que se burlan y me ven con cara de pocos amigos no lo hayan resuelto ya. (suspiro). 
_Pues, la respuesta es: ¡Sencillamente una nave alienígena Señor Presidente, una nave nodriza, ¿creo le llaman ustedes? -se refirió a los militares y científicos- y bebió otro sorbo de su taza, para luego quedar con la vista hacia el Señor Presidente y su característica sonrisa en sus labios.
El resto que acompañaban al Señor Presidente, se rascaban la cabeza, otros bostezaban como rechazo a lo que les decía el Dr. y todas las muestras de desagrado posibles, pero Obhima dijo algo que sorprendió hasta el mismo Efrén.

_Bueno señores, siendo esta la única teoría que tenemos y la cual no me suena tan descabellada, no nos queda más, ¡que investigar y darle a la teoría del señor Efrén fundamento científico.
_¡¿Qué?! Dijo el militar, quien ahora odiaba más al científico loco.     Obhima ya de pie dijo a su militar.
_¡Tiene usted alguna otra teoría general? 

Despues de un breve silencio y mientras salía de la oficina dijo el Señor Presidente: ¡Eso pensé!... 




Continuará...